Luego de anotar 20 goles y ser el favorito de 59 periodistas deportivos, Pablo Palacios se convirtió en el mejor jugador del año y también en el goleador del 2008.Un titular infaltable, que vino sin niguna promoción especial y que ganaba mucho menos que ciertos extranjeros que poco o nada aportaron al equipo; ponía los pelos de punta a miles de barcelonistas al no estar en la cancha por lesión o por tarjetas , pues sabíamos que nuestra estrella hacía falta.
Casi siempre como un "llanero solitario" Pablo no desentonó prácticamente nunca y mantenía esa sangre fría en su objetivo de gritar ¡¡GOOOLLLL! que ni las más difíciles jugadas, ni los enfrentamientos cara a cara con el arquero, lo hacían dimitir de su innata habilidad futbolística.
Aparte es un ejemplo de deportista (esto debería influir en las decisiones de los periodistas más que nada) que pocos están dispuestos a seguir; ya que no es sólo el dinero, la fama, las mujeres o los lujos lo que hace a un buen jugador, sino el entrenamiento firme y decidido de cada día y la meta clara de ser el mejor.
Pablo siempre apuntó hacia eso, mantenía (y sigue manteniendo) su vida privada aparte y es por eso que muchos lo admiramos, lo respetamos y guarda un lugar especial en nuestro corazón.
¿Spencer de oro? ¡Porsupuesto!
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