domingo, 1 de junio de 2008

Buen partido...Sin tres puntos...

¡Dios, Dios, Dios! Una vez más la esperanza de los barcelonistas se desvanece. La Sudamericana es un imposible y hasta la liguilla es una difícil batalla que queremos ganar.

Barcelona lo hizo todo, en mi opinión. Lo vi como un equipo ganador y que perfectamente se podría haber llevado los tres puntos de la capital, pero el destino una vez más nos da la contra. Se hace todo y no resultan las cosas. ¿Qué está pasando con nuestro equipo?

Al minuto 36, por una falla de la defensa (que sólo se muestra "salvable" por las actuaciones de Carlos Castro), Quiñónez convirtió el primero para el Nacional.

Pero luego, al minuto 52, el "Chelo", aprovecha el pase de "pechazo" que Palacios le hace y convierte un golazo, que muestra la calidad y experiencia del argentino.

Pero poco duró la alegría, ya que al minuto 54, Quiñónez nuevamente, marca un gol "increíble" al cabecear luego de un tiro de esquina (y digo increíble por la curva absurda que toma el balón y que entra directo e impecable a la esquina del arco canario)
Luego -mientras el canal de televisión mostraba una publicidad- Pablo nos deleita con otro golazo torero. Así, el delantero quiteño aprovechó el rebote del arquero del Nacional y sin acomodarla pateó y se oyó el grito amarillo de miles de hinchas que acudieron a alentar al equipo.

Pero al minuto 80, el "verdugo" Caicedo, marca el tercer tanto para los rojos, dejando a Barcelona sin posibilidad para el empate, ya que se comenzó con la técnica del "pelotazo", algo que en repetidas ocasiones se ha dado y no funciona.

Pierde así el Ídolo y queda casi al descubierto frente a los "buitres" que lo acechan.

Ahora ya no podemos darnos el lujo de pensar en grande, sino en descubrir la forma de entrar a la liguilla.

¿Será acaso cierta la maldición de "Makanaki", de la que tanto se habla; aquélla de no quedar campeones?

Créanme que ahora puedo pensarlo todo, ya que a pesar de los problemas de técnicos, jugadores o directiva; parece que algo "sobrenatural" es lo que prima sobre el equipo.
Sin embargo, a pesar de la frustración, de la impotencia o de cualquier otro sentimiento negativo que tengamos, tratemos de enviarle buena energía al equipo, ya que la necesita a montones...


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